Pachu está sentado en el escalón, mirando el cielo.
- ¿Qué mirás? - pregunta Martín.
La remera blanca brilla con ese dibujo que le gusta tanto. Está limpia, parece recién planchada.
Pachu no contesta. Señala hacia arriba con una mano.
- Ah.
Martín levanta la vista, haciéndo viscera, mira el cielo.
A Pachu le gustan las zapatillas de Martín.
- ¿Son nuevas? - dice apuntando a los pies de Martín con la nariz.
Martín se mira los pies. Los mueve hacia afuera y hacia adentro, hacia afuera y hacia adentro, hacia afuera y hacia adentro.
- No se. Me las regalaron para mi cumpleaños...no...para Navidad.
- A mi para Navidad me regalaron...eh...uy...no me acuerdo que me regalaron para Navidad.
- No, para mi cumpleaños - repite Martín, inseguro todavía de la fecha del regalo.
Pachu levanta la vista al cielo nuevamente.
- ¿Qué estás mirando? - pregunta Martín de nuevo.
- No se -. Pachu deja de mirar el cielo, se da vuelta y mira a su amigo, sentado junto a él en aquel escalón. - A mi mamá...creo...
Los dos miran el cielo al mismo tiempo.
- ¿La estás viendo ahora?.
- No se.
- ¿Cómo no sabés?.
Pachu se encoge de hombros.
- No, no se - dice y levanta las manos y los hombros. - No se. No tengo...idea, como dicen... -.
- Pero entonces ¿para qué mirás?.
- Para ver si la veo.
Martín se ríe y se tapa la boca.
- "Para ver si la veo" - repite riéndose.
Pachu lo empuja y se ríe.
- Tonto.
- Tonto vos.
- No, tonto vos.
- Vos.
Se hace un silencio.
- Me dijeron que mi mamá está en el cielo - dice y señala para arriba de nuevo, se corre el pelo de la cara y termina bajando la vista al piso.
- ¿En serio?.
- Si - contesta. - Y yo la quiero ver...la quiero ver de nuevo, ¿sabés?...verla un ratito más...una vez más, ¿no?...aunque me vaya a retar por lo que hice con la muñeca de mi hermana esta mañana -. Los ojos se le llenan de lágrimas. Martín lo abraza y Pachu se abraza a él con mucha fuerza.
- Limpiate los mocos acá - le dice ofreciéndole el hombro de la remera blanca, brillante, recién planchada. - Y secate los ojos, sino no vas a ver nada -.
Pachu sonríe.
- Tendríamos que pedirle a Carlos los cosos esos que usa cuando va a allá a ver a los caballos que corren, ¡viste?. ¡Sabés?. ¡Los domingos?. Los caballos que corren... y él los mira así, como de lejos, con esos cosos redondos negros...son grandotes, con vidrios y cosas...como la cosa esa para mirar bichos que tiene tu hermana, la redonda con mango de plástico...los cosos redondos - repite y se pone los dedos alrededor de los ojos.
- ¿Vos estás loco? - dice Pachu y se ríe mientras se pasa las manos por la cara para secarse las lágrimas pegadas en los cachetes.
- No tonto, en serio.
- Tonto vos.
- Tonto vos.
- Vos.
- Vos.
Martín piensa un instante.
- ¡Paracaídas! - exclama de golpe.
Pachu lo mira extrañado.
- Pero vos estás re re loco. El paracaídas es la cosa esa que usan los que saltan de los aviones para no hacerse pomada contra el piso - le dice mostrándole los dedos juntos de la mano. - Estás... - mueve la cabeza de lado a lado, suavemente. - Re re re loco estás.
Martín lo mira unos segundos.
- Cierto. Que tonto.
- Claro, tonto vos.
- No, tonto vos.
- ¡Si vos dijiste "qué tonto"!. Entonces tonto vos.
Martín fulmina a Pachu con la mirada. Pero el que dijo "qué tonto" fue él. Pachu tiene razón. Vencido, se muerde los labios pero no dice nada.
- ¿Tu mamá estará en el cielo?.
Pachu vuelve a encogerse de hombros.
- Creo que si. El tío Julián me dijo eso.
Los dos miran para arriba.
- Pero si está en el cielo... - duda unos segundos. - ¿Podés verla igual si hay nubes?. Hoy está medio nublado, ¿viste?. ¿La podés ver lo mismo?.
- Y...no se - contesta Pachu.
Silencio.
- ¿Estará con mi abuela?.
Pachu lo mira sonriente.
- No se. Mirá...vos también preguntás cada cosa...tu abuela...
Silencio.
- ¿Y los perros van al cielo?. Como la película esa, )la viste?.
- Creo que no, no se...
Silencio.
- Pachu, pero al final vos nunca sabés nada - dice, abraza a su amigo y se quedan juntos mirando el cielo un rato, un rato bien largo.